30/03/2021: con R mayúscula

Hoy estoy en la consulta con MMB.  Ella es ahora MFyC pero hace muy poquito era MIR como yo.  

Cuando empecé me pusieron las coordenadas de R1.  Es fácil situarse, quiere decir que yo era residente (R), en mi primer año de formación (1).  Ella se localizaba ya en el R4, estaba en su último año y manejaba todo lo que yo aún desconocía.  Entonces decía de ella que era mi "R mayor".  Todos tenemos compañeros más mayores que nos preceden en esta aventura de la residencia, que nos han enseñado a empezar a volar solos, nos han aconsejado en la práctica de nuestra profesión y nos han acompañado en todos los cambios que pega nuestra vida conforme cambian también las coordenadas.   Ella me contó lo bueno y lo malo que encontró y yo siempre escuché con la admiración y el respeto que se tiene a quien te cuenta una experiencia que pronto será también la tuya, aunque cada cual sea diferente.  

Ahora tendrá coordenadas nuevas, A3 nada menos, ahora es adjunta (A) desde hace tres años (3).  Por suerte sigue muy cerquita, en nuestro centro de salud, y aún podemos compartir espacio muy de vez en cuando.  Ahora que está estudiando la oposición me actualiza un paso más allá, ella va siempre abriendonos camino, haciendonos senda.  Ya no puede ser mi R mayor, aunque yo siempre la sentiré así, he decidido entonces que ella es mi R mayúscula.  

Gracias por todo MMB, de parte de tu R pequeña.


 

27/03/2021: El amarillo gana al blanco

Ayer costó que el amarillo derrotase al blanco.  Aunque AC me ha entendido, mejor voy a explicarlo.

La lucha de colores ocurre cada día en la pantalla del ordenador de la consulta.  Cada mañana nos prepara una ensalada de pacientes, colocados uno tras otro, una lista llena de nombres y apellidos, todos en color blanco.  Conforme avanza la consulta va pintando de amarillo los nombres de pacientes que ya hemos atendido, y así, va perdiendo terreno el blanco frente al amarillo.

Ayer se hizo un poco cuesta arriba empezar con tantos nombres en pantalla, se preveía una dura batalla.  Perdimos el primer asalto al ver como surgían nuevas citas urgentes que añaden nuevos nombres blancos a nuestra lista, nunca es fácil lidiar con las interrupciones.  Pero el segundo asalto lo ganamos con ayuda, porque algunos pacientes necesitan más bien poco de nosotras, solo echar un ojillo cuando la enfermería los lleva de la mano.  Poco a poco terminó la consulta, y pese a estar nosotras derrotadas, queda la lista entera pintada en amarillo victorioso.

Pocas veces me ocurre, pero después de una mañana intensa al lado de AC, suspiramos las dos casi al unísono dejándonos caer sobre el respaldo de la silla, mirando la pantalla que aunque ahora está amarilla, mañana nos espera toda entera de blanco.

25/03/2021: Recuerdo un golpe de suerte

Hace casi 5 años yo era una estudiante de medicina durante su mes de rotación en MFyC. Siempre había pensado que la medicina de familia no era para mi, que era aburrida, sencilla y desagradecida, pero quise acercarme un poco más, sólo para confirmar mis sospechas.  Aterricé en el que ahora es mi centro de salud, cargada de prejuicios y reticencias, sin esperar mucho ni poco, sin contemplar que igual estaba equivocada.  No imaginaba claro, que todo cambiaría cuando conocí a CCS, un MFyC, uno muy especial.  

Él me hizo un hueco a su lado para observar el espectáculo de su consulta, me descubrió una medicina de verdad, diferente a todo lo que había estudiado, que atiende a las personas sin tantas etiquetas, medicina que escucha, siente y padece, que va a la casa de los pacientes y que no dura de 8 a 3.  Me enseñó a luchar con la incertidumbre, llevando la ciencia en los bolsillos, la impaciencia en los pasillos y el tiempo acechándote.  Me dio razones para buscar la excelencia al ejercer y motivos para seguir cuidando cuando "ya no hay nada que hacer".  Me sembró una duda por la piel.

Desde entonces siempre encuentro la puerta de su consulta abierta, a veces de par en par, a veces una rendija, lo justo para ver que aún está conmigo.

Alguien que resuelve mis dudas se vuelve alguien importante, pero quien me plantea nuevas preguntas y me da las herramientas para formular mis propias respuestas, se convierte en imprescindible,  como CCS.  Él me regaló una duda decisiva; me acordé de su consulta, sus pacientes y de él justo antes de elegir mi especialidad, la suya.  Por un golpe de suerte hoy voy camino de ser médica de familia, gracias por provocarlo CCS.


24/03/2021: Todo en mente

Me he dado cuenta de que una de las cosas que más admiro de los MFyC es la capacidad para entender al paciente como un todo.  Cualquier motivo de consulta, si nos dejamos llevar por la inercia de tantos años de estudio fragmentado, nos llevaría a desmembrar al paciente poniendo el foco en el problema presente, distorsionándo la visión del resto de la persona.

Por suerte, AC me ejercita en esta habilidad constantemente y me rompe la inercia todos los días.  Cuando un paciente nos cuenta un nuevo problema, pasa una vorágine de ideas por su mente en cuestión de minutos, casi puedo escucharlas, casi puedo verlas.  

Entre otras cosas: valora cómo de limitante o grave es cada problema, tiene en cuenta donde vive o trabaja, sabe si su familia será un apoyo ante una situación, revisa siempre la medicación que toma y repasa los olvidos, comprueba si filtra bien ese riñón, si ese hígado anda como siempre...   Recuerda si ya nos ha contado este problema en otras ocasiones, echa un vistazo a sus citas pendientes, revisa como llevamos el control de su tensión, su azúcar, su dieta... si va tocando una analítica.  Deja siempre una puerta abierta para llamar de nuevo o para vernos en persona.  Y muchas veces quiere mejorar y me propone revisar un caso, un tema, un documento.  

Admiro la capacidad de hacer con todo esto encaje de bolillos, para cuidar hasta el más mínimo detalle en lo que hacemos, para no molestar demasiado al paciente y para que las decisiones sean siempre compartidas. 



23/03/2021: Vamos a imprimir la agenda de mañana...

Cada día imprimimos el listado de los pacientes que disponen de una cita para venir a vernos o para recibir nuestra llamada.  Citas de 6,7 u 8 minutos a lo sumo, una tras otra en el papel y el tiempo.  

Yo subrayo las visitas presenciales para que no se nos olviden, voy tachando los pacientes atendidos y de repente alguien no contesta y pongo un punto naranja para llamar de nuevo, surge algo urgente (indemorable) y me cojo sus datos, alguien necesita un informe para hacer con tiempo y dejo una  flecha a su lado, y alguien tiene un problema para revisar en adelante y me lo anoto en rojo en mi cuaderno.   

Esto no es una agenda, esto es un mapa del tesoro.  ¡Menuda obra de arte encima de la mesa!, la mañana de hoy llena de garabatos y de notas, si no se nos olvida nada hemos ganado. 

Hoy terminó la guardia con algo de tiempo extra y, con buena intención, hemos visto la agenda de mañana.  Otra vez todo lleno, no hay ni un hueco.  Pasado no queda tampoco nada libre. Mejor no miramos en adelante, por si acaso.  No somos un conjunto musical, no queremos llenar el auditorio.  Quisiéramos dejar algún espacio para estar disponibles, accesibles, para coger aire un momento.   Pero día tras día estamos al completo y yo sigo anotando en los papeles, siento que intento vaciar el mar a cucharadas.




22/03/2021: El lío de la consulta telefónica

La semana pasada me estrené en las consultas telefónicas.  Probablemente antes de esta pandemia, ni los MIR ni los MFyC sabíamos que este tipo de consulta debe estructurarse de forma similar a la consulta convencional, que hay una sistemática a aplicar, que tiene también sus indicaciones, tiene algunas ventajas y también sus propios riesgos, puede alcanzar una alta complejidad o hacer sencillos y accesibles algunos procesos, puede hacerse agotadoramente larga o peligrosamente breve.

Para mí, que soy una médica "novel" que no conoce a sus pacientes o no tanto como le gustaría, el teléfono supone un reto más.  Entiendo que la forma ideal de iniciar una relación con los pacientes siempre será la consulta presencial, compartir un espacio que te permite cercanía, te deja leer y expresar el lenguaje no verbal, te facilita explorar ante la duda o la necesidad, te permite a mirar a los ojos.  Si yo no tuviera a mi lado a AC, que conoce a quien está al otro lado del teléfono, y casi puede adivinar dónde está, cuales son sus gestos, qué está pensando mientras hablamos... Sé que me enredaría en una conversación sin frenos, explicaciones infinitas, negociaciones que sin apoyo visual se hacen muy difíciles.  Sé que colgar el teléfono es ahora cerrar la puerta de la consulta y, para mí, es mucho más desagradable y complicado.

Elegí estar en permanente contacto con las personas, sentados uno frente al otro, a veces a su lado, a veces en sus propios hogares.  Hoy me encuentro en medio del lío de un nuevo escenario para la MFyC.  Hoy estoy decidida a aprender a acercarme a los pacientes como nunca antes lo habría imaginado.

19/03/2021: Echar un cable

Durante unos meses tengo la oportunidad de compartir el espacio de la consulta con estudiantes de 5º año de medicina.  No puedo evitar reconocerme en ellas cuando se sorprenden, miran la consulta con ojos nuevos.  Es su primer contacto con la medicina de familia y, a la vez que ellas se encuentran con las características de esta forma de entender y atender la salud, yo las redescubro.  

Recuerdo lo importante que es, cuando estás estudiando algo que el día de mañana pondrás en práctica, entender y no sólo memorizar.  Recuerdo la satisfacción de comprender lo que se refleja en una espirometría, en una serología hepática, en una radiografía de tórax y en el caballo de batalla de todo estudiante, el electrocardiograma.  Recuerdo que casi siempre comprendí las cosas cuando las puse en el contexto del paciente, dejan de ser una exploración más para convertirse en su espiro, su rayo, su analítica, su electro... 

Aunque quizás no soy la persona más docente, sí me gusta intentar echar un cable a quien pueda necesitarlo.  Con precaución, cojo el testigo de todos esos profesores, tutores, residentes mayores que dedicaron unos minutos a darme alguna respuesta, o a sugerirme nuevas preguntas.  

Creo que preciso mejorar la técnica; acabo llenando el folio de dibujos, utilizando los símiles más sencillos que encuentro, pensando deprisa y hablando despacio.  Espero que en alguna ocasión les sirva de algo, a mi desde luego sus preguntas y su interés me desafían a seguir estudiando.



10/03/2021: OMI... Yo no te gusto a ti y tú no me gustas a mi

Una de las cosas que incomprensiblemente entorpecen y enlentecen mi incorporación a la actividad asistencial en la consulta es el programa informático que los MFyC utilizamos.  En mi sector, el endiablado programa se llama OMI.

Querido OMI, eres un completo desastre, tienes millones de botones que no sé para que sirven, alguno ni siquiera me atrevo a pulsarlo por si me borra algo importante, eres lento y no me dejas hacer dos cosas a la vez, a veces decides atascarte en el peor momento, a veces decides que ya no abres ni una pestaña más; cuando escribo me descuadras las líneas, me distorsionas las letras (¿Qué es lo que intentas encriptar? y me cortas cuando te parece que ya he escrito suficientes caracteres (¿Acaso tienes complejo de twitter?) y lo peor de todo es que a veces decides cerrarte en medio de una consulta y tengo que volver a empezar (¿Qué buscas con esos desplantes de drama Queen?). 

Lo siento OMI pero estamos destinados a trabajar juntos, y es solo cuestión de tiempo aprenda a manejarte...



03/03/2021: Mi tutora

Volver al centro de salud era lo que estaba esperando desde hacía muchos meses.  Pero cuando la fecha se acercaba empecé a sentir un torbellino de emociones.  La más intensa es una tremenda ilusión, pero no es difícil encontrar también en mi una chispa de miedo.  Mi miedo es encontrar una atención primaria muy diferente a la que conocí porque la pandemia lo puso todo patas arriba, tengo miedo de no estar preparada, de defraudar a los pacientes, a mis compañeros y a mí misma. 

Pero poco a poco ha ido desapareciendo y abriendo paso a la motivación y las ganas de aprender, sin dejar de lado el profundo respeto que siento por esta profesión.  He de confesar que el mérito no ha sido mío, en absoluto, el mérito es de AC.

Los MIR MFyC tenemos algo que llamamos "nuestro tutor". Es el médico especialista con quien te formas, es tu guía y se compromete a descubrirte todo lo que sabe sobre la MFyC.

En mi caso, AC es mi tutora.  Es una mujer comprometida con sus pacientes, es atenta, alegre, serena, dispuesta y generosa, siempre tiene un consejo o una palabra de aliento y siempre los pone a disposición desde la humildad y el respeto.  En la consulta es un espectáculo, tiene muy claras las cosas pero maneja bien la incertidumbre, gestiona su tiempo de la forma más justa posible y hace sentir a su altura a quienes trabajamos con ella.  Es, sin duda, una excelente MFyC, es la mejor versión de lo que ojalá yo llegue a ser algún día. 






01/03/2021: Querido diario


Aunque ni yo misma me conozco del todo voy a intentar presentarme.  Mi nombre es María Escori y soy médica residente en Medicina Familiar y Comunitaria, resumiendo, soy MIR MFyC.  

Lo soy desde hace 3 años. No sin algunas dudas, lo elegí.  Descubrí que la medicina a la que quiero dedicar toda mi vida laboral es la que, aunque no cura mucho, cuida siempre.  Es una especialidad que escucha, acompaña, aconseja y a veces simplemente calla y espera; es, por encima de todo cercana y compasiva.  Me enamoré de ella porque es capaz de moverse hasta las casas de los pacientes y nunca los deja de la mano, pase lo que pase. 

Sin embargo, desde que me decidí por ella, he pasado muy poquito tiempo disfrutándola.  El MIR MFyC en mi sector encadena diferentes rotaciones fuera de su centro de salud durante 26 meses de forma ininterrumpida. Pero un buen día, de pronto, vuelves al lugar al que perteneces y te quedas tus últimos 15 meses de residencia. 

En ese momento es donde me encuentro y por ese motivo he decidido empezar a escribir y dibujar en un diario muy especial, el diario de una MIR MFyC.  No sé si es buena idea, no sé si servirá de mucho, no sé si haré bien en publicarlo... un buen amigo me ha dicho que esto que nace de mi necesidad de expresar debe ser compartido.  A la vista está que voy a hacerle caso, conmigo suele acertar.





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