28/01/2022: Viernes de curso

Creo que mucha gente piensa que una vez terminas la carrera de medicina y haces el examen MIR se acabaron las palizas de estudiar.  Sin embargo, que nadie se lleve a engaño,  los médicos somos empollones a la fuerza y una parte bastante amplia del estudio se la llevan los cursos.  De esto precisamente quería escribir, de los millones de cursos que hacemos los MIR MFyC. 

El juego de los cursos empieza cuando abres la bandeja de entrada de tu correo electrónico.  Es como pulsar “start”, porque pueden aparecer casi en cualquier esquina.  No te das cuenta y de repente estás matriculada en uno nuevo, es alucinante.  De repente empiezas a ver “nuevo curso”, “abierta inscripción” y te das cuenta de que las sociedades científicas te los proponen, el colegio de médicos también lanza algunos, instituciones investigadoras de tu zona intentan que te apuntes y si algún laboratorio farmacéutico ha conseguido hacerse con tu mail ten por seguro que te mandará sus cursos y que ya nunca lo soltará.  Pueden ser cursillos, webinares, temas online, clases presenciales, muy cortos, muy largos, algunos son gratis, otros de pago, unos hablan de aspectos de la MFyC súper prácticos e interesantes y otros son tan específicos y aburridos como imagines.  Cuesta un rato encontrar ese que vale la pena.

Con o sin mucha idea entras en este juego para ganar puntos.  Va en serio, te apuntas a muchos cursos que ni siquiera te interesan para ganar puntos, créditos, méritos, como conchas los quieras llamar.  Se te olvida que estaban hechos para aprender, tú sólo los coleccionas para pasar a la siguiente fase.

Pero todo esto no puede distraerte de la misión principal, y es que hay un programa de cursos obligatorios por ser MIR de tu hospital, y cuando eres MIR MFyC tienes también un buen puñado de cursos, de nuevo obligatorios.  De hecho, prácticamente todos los viernes durante mi último año de residencia he tenido mañanas de curso en mi unidad docente, con todos mis compañeros.  Es como volver al cole, te sientas en el pupitre, tomas apuntes y hasta te mandan deberes y trabajos en grupo.  Cuando los temas son interesantes agradezco la oportunidad de aprender así, pero hay otros ratos en los que sencillamente hago dibujos, pues eso, como en el cole.

¡Ah! Y cualquier colega que se entere de algún curso nuevo interesante lo compartirá contigo por whatsapp.  Es muy frecuente que ante cualquier tema de conversación que tengas con ellos oigas “pues hice un curso sobre eso y…” y tú pienses “seguramente yo lo he hice también y no me acuerdo”.

A veces el juego se complica porque, en un innecesario alarde de capacidad y de afán por los dichosos puntitos; los MIR nos apuntamos, motu propio, a cursos a lo bestia que nos requieren mucho tiempo y esfuerzo. Los llamamos másters, expertos, diplomados.  Apuntarte es como subirle la dificultad al juego, porque sí, porque lo fácil ya lo tienes dominado y valoras lo justito tu tiempo libre.

Pero el jefe final de los cursos es el doctorado, los que han jugado me han contado que: o acabas con él o acaba contigo.

Si pudiera volver a empezar la partida de los cursos jugaría mejor.  Haría solamente esos que me aportan información de valor y de calidad para hacer mejor mi trabajo, no les daría prioridad sobre otras cosas que también tengo que aprender, no perdería el tiempo recolectando puntos.  

Y acabo ya la entrada que creo que el profe me está mirando... 

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