14/05/2022: Enfermería familiar y comunitaria

Aunque AC y yo digamos a veces "hoy pasas la consulta sola", nos referimos a ese ejercicio de confianza que hace para que yo vaya cogiendo autonomía; porque yo sé que, "sola" no estoy nunca, justo en la puerta de al lado siempre tengo a Marta y Ana, mi equipo, dos enfermeras alucinantes.

He conocido a muchas enfermeras mientras rotaba en consultas de otros servicios, en la planta del hospital o en la urgencia...  Siempre me ha parecido que su trabajo es tan importante o más que el mío, pero hubo momentos en los que sentí que merecían mayor consideración.  En algunas consultas de otros especialistas llegué a pensar que podían ser personal administrativo que solamente organizaba la agenda, preparaba las historias y ponía los sellos.  En algunas plantas del hospital eché de menos poder "pasar planta" junto a ellas, y que la comunicación no se limitase a un excel de constantes vitales de todos los pacientes.  En urgencias muchas veces (aunque intento lo contrario) nos comunicamos con ellas sencillamente por las órdenes de un programa informático...  Cuando empecé a descubrir la enfermería de familia y comunitaria entendí que es un tesoro.

Durante un año he compartido puesto de trabajo con dos de esos tesoros, Marta y Ana.  Juntas somos lo que llaman la UBA (unidad básica asistencial) de nuestros pacientes. Trabajamos como las ruedas dentadas de un engranaje, si nos coordinamos no quedan huecos, ninguna interfiere en el trabajo de la otra, nos complementamos, nos amortiguamos, somos sinérgicas, a veces somos frente común. 

En la consulta programada ellas tienen un conocimiento de la cronicidad que yo no tengo, ellas acompañan y dan forma a los cambios que yo solamente alcanzo a proponer a nuestros pacientes, porque frases como: "indico perder peso, hacer ejercicio, implementar la dieta, educación diabetológica, instruir en autocuidados o empoderar a pacientes y cuidadores"; no tienen ningún sentido si solamente las escribo y no les pido ayuda a Marta y Ana.  Son auténticas expertas en todo lo que implica actividades preventivas, no hay duda sobre vacunación o programas de cribado que no me hayan resuelto, son gurús de las curas de heridas.

Compaginan esto con otro montón de habilidades técnicas que también llenan su agenda: las extracciones, los electros, las pruebas de detección del coronavirus, las campañas de vacunación, vías, suturas, vendajes... y un largo etcétera.

En la consulta a demanda atienden algunos procesos de forma autónoma, a veces nos tenemos que coordinar en el momento del diagnóstico o de la prescripción, pero la consulta compartida es una de las cosas que más me gustan.  Disfruto sabiendo que la puerta lateral de mi consulta puede abrirse en cualquier momento en cualquier dirección, para compartir una duda, para ver juntas al paciente, para simplemente estar tristes por ese paciente ingresado o echar unas risas por cualquier otra cosa.  Detrás de esa puerta tengo dos aliadas y espero haber conseguido que ellas vean lo mismo en mi consulta. 

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